Las aseveraciones de Porfirio Muñoz Ledo en la entrevista realizada por la periodista Georgina Morett, ha sido eje central de especulaciones, por el hecho de afirmar que el actual presidente de México “no va a terminar su mandato”.
A todo esto, sería conveniente formularnos la siguiente pregunta ¿existe la posibilidad del surgimiento de una crisis social? Veamos.
Por crisis se entiende a una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución, y aunque los cambios sean previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre.
De tal manera, podemos inferir diciendo, que una crisis social es aquella en donde el control sobre la población es nulo, es decir, el aparato estatal pierde todo reconocimiento por parte de los grupos sociales y por tanto no puede establecer un protocolo para llegar a un acuerdo.
Si tomamos en consideración todos estos factores y los colocamos bajo la realidad por la que el país esta atravesando, vemos que eso no es así.
Para que el Presidente de
Dice por ahí una frase “es más fácil decir que hacer, porque las palabras se las lleva el viento y los hechos quedan para la posteridad”, Muñoz Ledo puede argüir lo que quiera, la opinión y modo de pensar de cada cual es muy respetable, sin embargo porque no sustenta sus palabras con hechos, él está jugando su propio juego de engaños y al parecer no sabe hacerlo pues él mismo se pone en jaque cuando afirma ante algunos su opinión y ante otros la revoca.
Por otra parte, el complejo político detrás de Felipe Calderón es muy complejo, y retomando las palabras del Sociólogo Gustavo Esteban Andrade “la estabilidad del gobierno de Calderón se debe en gran medida al respaldo brindado por el sindicato del magisterio encabezado por Elba Esther Gordillo”, puede concluirse que en realidad quitar al presidente de su lugar sería declararse a un enemigo muy fuerte quien desde luego ve puestos en juego sus intereses económicos y políticos.
Además, si consideramos el hecho de que las masas están profundamente divididas por la cuestión partidista, es poco probable lo dicho por Muñoz Ledo, pues para llevar a cabo el cambio tan aludido por el es necesario tener la aprobación de las mayorías y por supuesto también el visto bueno de una buena parte de la gente en el poder.